Las hormonas son las grandes reguladoras del cuerpo femenino, responsables de cambios profundos que van desde la adolescencia hasta la menopausia, pasando por cada ciclo menstrual. Pero su influencia va mucho más allá de lo físico: también impactan el estado de ánimo, la energía y la estabilidad emocional de las mujeres en cada etapa de su vida.

El ciclo hormonal no es lineal, y en cada fase, las mujeres pueden experimentar variaciones en su energía física, bienestar emocional y capacidad de concentración. Durante la fase premenstrual, por ejemplo, hasta un 75% de las mujeres reporta síntomas como irritabilidad, cambios de humor, hinchazón y fatiga, signos típicos del síndrome premenstrual (SPM). Estas fluctuaciones hormonales también pueden ser responsables de la sensación de agotamiento o de desequilibrios que impactan el sueño, la piel e incluso la digestión.

A lo largo de la vida, las hormonas siguen transformándose. Entre los 20 y 30 años, muchas mujeres disfrutan de una salud reproductiva plena, pero también enfrentan desafíos como desequilibrios hormonales derivados del estrés o del uso de anticonceptivos. En los 40, los cambios premenopáusicos comienzan a manifestarse, afectando la calidad del sueño, los niveles de energía y el metabolismo.